domingo, 4 de febrero de 2007


Enero 2007. El baterista de Matuasto busca en las propias raíces patagónicas algo que lo ayude a comprender el espíritu de su banda. En las áridas tierras comodorianas encuentra el comienzo de todo. Pero eso no fue todo. Cientos de kilómetros al sur, en la Cueva de las manos, el antecedente primigenio se manifiesta desde las paredes... Un matuasto de 9.000 años espera ver la luz.

Creer o reventar...

M.